sábado, 5 de septiembre de 2015

Metanfetaminas: Crystal y HIV

[caption id="attachment_360" align="alignright" width="300"]Columna de Ale K Te hace sentir invencible[/caption]

El ingreso en la Argentina data de 2010 aproximadamente pero en esa época un miligramo costaba alrededor de $300 al dia de hoy algo así como $1800 para abaratar costos y "alargarla" se le agrega bicarbonato de sodio, almidón o sustancias nocivas para el organismo, como vidrio molido pulverizado.

Las drogas de síntesis están consideradas como un grave riesgo. De a poco están reemplazando a la cocaína en todo el mundo, la OMS calcula: 200 millones de adictos a distintos tipos de drogas. Alrededor de 135 millones fuman marihuana; 34 millones consumen drogas de síntesis; 15 millones, cocaína; 14 millones, LSD, y el resto consume estupefacientes menos elaborados.

El Crystal Meth es una metanfetamina altamente adictiva que estimula el sistema nervioso central, provocando euforia y excitación. Le dicen Cristal por su forma que parecen pequeños pedacitos de cristal blanco, aunque también se puede presentar como un polvo blanco o amarillo. Es conocida también como "speed", "met", "tiza", "hielo", o "vidrio". Asimismo, se la llama “píldora del miedo” porque causa la suspensión de la conciencia y la noción de riesgos, o “Day of Birthday” (día de cumpleaños) porque provoca un placer intenso que recuerda al día de nacimiento. En los últimos 15 años, esta droga se hizo muy popular, y se convirtió en una de las más adictivas ya que su consumo aumenta los niveles de dopamina en el cuerpo entre 1000% y 7000% (el crack los aumenta unos 350%).
Beto cuenta que luego de la muerte de Angel, su pareja empezó a salir cada vez más a bailar y a consumir cada vez más crystal, una droga que lo hacía sentir el tipo más sexy del mundo y que se llevaba sus problemas, responsabilidades y su sentido común a un rincón lejano de su mente.
Sus encuentros sexuales se multiplicaron. El hogar que había compartido con Ángel se convirtió en escenario de sus noches de joda con un extraño y con otro y con tres o cuatro a la vez: “El sexo que tenía era totalmente sin protección. Sabiendo que la gente con la que tenía sexo era positiva, no usaba forro”.
La fórmula fue: drogas más sexo, multiplicado por muchos hombres, y sin preservativos. Y el resultado tuvo precisión matemática: en tres meses de crystal y sexo, Beto se convirtió en portador del virus del Sida. “¿Quién me infectó? Yo no sé ¿A quién yo infecté? Yo no sé”.

Una vez pasada la sensación de euforia, inmediatamente los daños afectan al organismo. El consumo de cristal implica un grave peligro para el sistema cardiovascular ya que causa alta presión, latido acelerado o irregular del corazón, y hasta derrames cerebrales por daños irreparables. Una sobredosis de estas metanfetaminas puede llegar a provocar hipertermia o convulsiones, que si no son tratadas a tiempo pueden ser fatales. El abuso crónico de cristal provoca sensaciones de paranoia, ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, confusión, insomnio, pérdida de peso y conductas violentas.
“Te hace sentir invencible y sexy”, -me decia un paciente en mi consultorio-, el crystal provoca muchas conductas no recomendadas ya que son de alto riesgo de contagio del VIH: tener sexo durante mucho tiempo y con muchas personas, tener sexo con desconocidos, no usar preservativos o no preguntar si la otra persona es portadora del virus.
"No te importa nada, lo único que queres es ponerla o que te la pongan si es que no se te para, estás en un cuarto solo o con gente que te está mirando, he ido a A Full y me han cogido sin forro con gente a mi alrededor poniendome las pijas en la cara y algunas descargandome directamente en la boca, una o dos al mismo tiempo, eso me hacia sentir poderoso, sentía que yo dominaba la sensación, creía estar manejando una gangbang porque dos me acababan en la boca y otro me hacia el culo. Pero la realidad es que no registraba ningún peligro, no sé si me cojian con forro o cuantos lo hacian, después tenes una idea de lo que pasó pero no una certeza. Es muy raro..."

Y hay otro efecto peligroso. Junto con la enorme excitación sexual, el speed causa un síntoma que en los círculos gay llaman irónicamente crystal dick (pene de cristal): por más excitados que esté quien lo usa, no puede lograr una erección y eso lo lleva a tener sexo anal receptivo. Otros combinan la droga con Viagra.

La necesidad de consumo de este tipo de droga no es diaria, sino que es esporádica, lo que no implica que no sea adictiva. A pesar de que el tiempo entre una dosis y otra puede ser hasta de dos meses, no tiene relación con su nivel de adicción, ya que el deseo irrefrenable de consumirla vuelve. Asimismo, es una de las drogas más difícil de dejar. El solo hecho de consumirla una vez tiene un 99% de posibilidades de convertirse en adicción. Es una sustancia fácil de producir, por lo cual es muy común su fabricación en laboratorios clandestinos. Tiene una textura salitrosa parecida a la cocaína pero de tamaño y forma parecida a una piedra de crack, y se puede consumir inhalándola, fumándola y a veces inyectándose.

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